We Were There - XIII: 2002 - Alien, un icono de la vanguardia técnica en el mundo del aerosol

El carácter innovador que Montana ha mantenido hasta la actualidad, ha tenido también sus puntos de inflexión en la historia de la marca. El formato de aerosol Alien es uno de los mejores ejemplos de la constante evolución en pro de las exigencias de los escritores de graffiti, remontándonos en este caso a la época de los primeros 2000. 

Los años pasaban y las técnicas de los escritores avanzaban. El graffiti, en la entrada del siglo XXI, comenzaba a ser algo mucho más sofisticado de lo que nadie hubiera imaginado 15 años atrás, cuando comenzaba a extenderse por el mundo.

Una de las características que lo hacían sobrevivir y crecer era la diversidad, la capacidad de acoger nuevas tendencias y formas. En el año 2002 el graffiti tenía tantas variantes y estilos que empezaba a ser difícil etiquetarlo todo bajo un mismo nombre.

La tecnología acompañaba a este desarrollo y se retro-alimentaban el uno de otro. Un nuevo avance técnico influiría en la forma de pintar, a la vez que las demandas de los escritores y street artists forzaban la maquinaria del desarrollo tecnológico. 

DANDO UN PASO EN UN MERCADO ESTANCADO 

En esos años ya existían varias marcas en el mercado y algunas ya contaban con diferentes formatos de aerosol, pero sus variaciones se basaban únicamente en la capacidad y en la variedad de colores. Montana, otra vez, se avanzó a los demás y propuso un producto novedoso en aquel momento que prometía cubrir un espectro de aplicaciones, hasta la fecha bastante desatendidas. 

Así fue como nació el bote Alien. Un producto deliberadamente construido con baja presión y con una válvula especial para facilitar los trazos de precisión. Además, el acabado era satinado en todos los colores de una gama a su vez novedosa, ya que contaba con tonalidades no habituales hasta el momento. 

¿POR QUÉ EN 250 ml? 

Otra característica relevante de este aerosol era la calidad de la pintura, su alta concentración de pigmento. La combinación entre su calidad y la baja presión, hacían de este bote un producto de alto rendimiento, un spray que duraba más que los otros y cubría una gran superficie si se aplicaba apropiadamente. Es por ese motivo que se decidió fabricarlo en un envase más pequeño de lo que se consideraba en ese momento el standard mundial: el spray Alien tenía un volumen de 250 ml. Este formato fue un novedad en los fabricantes dedicados al graffiti, a pesar de que ya en los años 80 existía una marca muy popular entre escritores europeos que se envasaba en 300 ml; eran los Buntlack de la marca alemana de bellas artes Marabu.

UN SPRAY DE CIENCIA-FICCIÓN 

El nombre de Alien servía para explicar de alguna manera este formato “extraño” en un universo de botes de 400 ml. Además, daba la posibilidad a Montana Colors de homenajear públicamente a ciertos artistas y a sus obras, de gran influencia entre escritores de Graffiti, ilustradores, artistas de tatuaje y diseñadores gráficos. Las películas “Alien” y “Blade Runner” del director Ridley Scott y el trabajo del artista H.R. Giger como creador de la criatura de “Alien” y de parte de sus escenarios, solo era el principio de esta inclusión de la cultura popular contemporánea en los productos Montana (Blade Runner inspiró uno de los textos publicitarios durante el lanzamiento).

La propia gama de colores que se presentó en este formato mostraba una cuidada colección de nombres que seguían homenajeando películas, escritores de ciencia ficción y universos del mundo del cómic.

EL ANTECESOR DEL 94 

Alien fue el antepasado directo del formato 94 que existe en la actualidad. Su tecnología específica permitía utilizarlo para realizar trabajo donde se requiriera pintura sin brillo, así como para trabajos de mucha precisión y trazos finísimos. De esta forma, el Alien tuvo mucha aceptación entre los escritores de Graffiti que también pintaban en lienzos; pero uno de sus puntos clave estaba en que utilizando una boquilla Fat Cap, el bote también funcionaba rápido, al más puro estilo Montana. 

Este formato apadrinó varias novedades durante sus años de existencia, como la pintura fotoluminiscente (que se cargaba con luz y brillaba en la noche) o la innovadora gama Espectro, que consistía en varios tonos de pintura transparente que permitía generar sombras y cambios de color sutiles.