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Volver Un baño de arte en Molitor, ParísPendientes de inaugurar a finales del 2024 la última fase de esta ambiciosa y ecléctica intervención artística, Montana Colors se ha aliado con Molitor ofreciendo los materiales con los que los artistas intervienen las cabinas que rodean esta mítica piscina. De este modo, artistas como Iconosaïk, Satr, Belin, Mark Bodé, Yu Maeda, Veks van Hillik, Studio Gifting, Fansack, Kneethee o Logan Hicks entre muchos otros, se han sumado recientemente a la colección de talento que ofrece este espacio singular.
Molitor abrió sus puertas por primera vez en 1929 y durante 60 años fue el balneario más popular de París, conocido por sus dos piscinas y su atmósfera Art Déco de tintes vanguardistas. Originalmente, las cabinas que rodeaban la zona de baño cubierta eran los vestidores donde los nadadores se enfundaban el traje de baño antes de darse un chapuzón, el lugar perfecto para el cambio de look antes de zambullirse en esas piscinas gigantes, un singular espacio que vió el nacimiento del bikini allá por 1946.
La ciudad de París decidió cerrar en 1989 ese pedazo de historia del deporte asociado a la vida social, declarándolo edificio histórico protegido. ¡¿Y qué pasó?! Pues resultó que este lugar se volvió superfamoso entre los writers y artistas urbanos, imaginemos: piscinas vacías de 46 y 33 metros de largo y un montón de esquinas para hacer magia con el spray.
Durante casi dos décadas, Molitor fue como un estudio al aire libre para los amantes del graffiti, ocupado por artistas que transformaron el espacio en un inmenso centro artístico, que gradualmente se convirtió en la meca de la escena callejera underground parisina y del arte del graffiti.
Hoy en día, ya no encontramos nadadores en esas cabinas, ¡sino artistas!, se tomó la decisión consciente de preservar y resaltar este rico legado, convirtiéndolo en un complejo urbano dedicado al bienestar, el ocio y la gastronomía, en el que cada uno de los 78 vestidores que rodean la piscina cubierta están siendo pintados y decorados por diferentes artistas, desde el suelo hasta el techo. El resultado es una creciente galería de arte urbano contemporáneo a lo grande.
La magia de París durante el invierno es indescriptible. Los rincones icónicos brillan con una luz especial, sumergiendo la ciudad en un encanto único que se renueva con la temporada navideña. Los paseos por las calles se vuelven un espectáculo luminoso, adornados con destellos, árboles festivos y decoraciones que crean una atmósfera cautivadora.
En este ambiente, el pasado mes de diciembre tuvo lugar una interesante reunión entre Sylvia Randazzo, al frente del proyecto Les Cabines des Artistes en Molitor Hotel desde hace cerca de una década, Anna Dimitrova, Directora de Montana Gallery Barcelona, y Marc Mascort i Boix, Responsable de Cultura de Montana Colors. La conversación giró en torno a una nueva etapa del proyecto, donde nuevas mentes creativas y artistas se sumarán en los próximos meses, continuando el legado de los últimos cinco años, repletos de talento y creatividad en Molitor Hotel.
Sin olvidar que 2023 también ha sido un año de exposiciones muy destacables en Molitor, con nombres como Mark Bodé, Vanessa Morata y Yu Maeda, preludios de las confirmadas para el 2024 de artistas como Yakes, Honet y Grems, quienes prometen elevar aún más la esencia artística de unos espacios en desuso que, bajo la curadoría de Anna Dimitrova, vuelven a la vida.
Ahora, esta alianza entre Montana Colors y Molitor da lugar a un renacimiento creativo en estas paredes, convirtiendo los vestidores del pasado en lienzos vibrantes del presente! En este oasis artístico se entrelazan la historia y la vanguardia, el legado pasado y la expresión contemporánea.
Así, en medio de esta atmósfera única, nos disponemos a sumergirnos en unas enriquecedoras entrevistas con Sylvia Randazzo, la directora a cargo de este magnífico proyecto, y Anna Dimitrova, la curadora que ha seleccionado el contenido y los artistas de la propuesta de exposiciones pop-up que lo complementa: su visión, sus experiencias y su pasión por este espacio, nos llevarán a explorar las profundidades de esta metamorfosis artística, mientras reflexionamos sobre el valor del arte urbano en entornos históricos y la importancia de preservar la esencia de lugares emblemáticos a través de la expresión creativa.
ENTREVISTA A SYLVIA RANDAZZO, DIRECTORA ARTÍSTICA DE MOLITOR
¡Hola Sylvia! Siempre hace este frío en París en diciembre, ¿verdad? Sin embargo, aquí estamos en una burbuja, en una isla, un refugio para los sentidos, dentro del emblemático Molitor. Este lugar, con su historia rica y su atmósfera única, ha sido testigo de una transformación excepcional en los últimos años: después de casi una década involucrada en este proyecto, por favor cuéntanos cómo comenzó tu participación en la transformación de Molitor en un espacio artístico, y cuál es tu visión de Molitor como complejo urbano dedicado al arte y al bienestar.
Regresaba a Francia después de casi un año en Barcelona. Vi un anuncio para un puesto de Asistente de Dirección en Molitor. No entendía muy bien qué era Molitor: una piscina, un hotel, una galería... Tuve la suerte de descubrir que era todo eso a la vez gracias al Director que me contrató y que me sumergió por completo en el universo de este lugar tan atípico. Con el tiempo, mis tareas me llevaron a organizar la programación artística de Molitor. Molitor es realmente un lugar multifacético. Me gusta la idea de que diferentes públicos puedan encontrar experiencias diversas aquí. El arte ya no está limitado a los museos y galerías; el movimiento del arte urbano ha permitido crear puentes entre distintos mundos.
¿Cuál fue el mayor desafío en la coordinación de la transformación de Molitor en un centro de arte urbano? y según tu punto de vista, ¿cómo contribuye el arte urbano a la identidad y atractivo de Molitor como destino?
No se trata de transformar por completo todo Molitor en un centro de arte urbano. En Molitor hay otras actividades: hotelería, restaurantes, club deportivo, spa y otros negocios. Uno de los desafíos es involucrar a todos los colaboradores de Molitor (recepcionistas, camareros, técnicos de mantenimiento, etc.) en el mundo artístico. El arte urbano forma parte de la identidad de Molitor desde los años 90/00. Mantener este legado artístico hace que Molitor sea un hotel parisino de cinco estrellas bastante atípico.
Cuéntanos como percibes la relación entre la preservación histórica de Molitor y su evolución hacia un espacio artístico contemporáneo…
¡Ambos están muy estrechamente relacionados! Molitor siempre ha sido, de alguna manera, un espacio artístico. En los años 30, en la Gala de l'Union des Artistes se organizaban espectáculos y performances en y alrededor de la piscina. El lugar en sí es una obra maestra del Art Déco. Su restauración involucró a arquitectos de edificios históricos en Francia y restauradores de gran talento. En los años 90/00, la escena del graffiti francés lo convirtió en un templo del arte callejero. Durante la última década, me he esforzado en respetar el espíritu del lugar y mantener esa dinámica de creación artística.
¿Cómo estuvo involucrada Montana Colors en este proyecto y cómo valoras la contribución de Anna Dimitrova a las exposiciones temporales en Villa Molitor?
Hace tiempo que quería acercarme a Montana Colors. Más allá de la calidad de los productos, Montana Colors es una marca muy comprometida con la comunidad del graffiti y el arte urbano en todo el mundo. Anna Dimitrova me ayudó a conocer a la persona adecuada en Montana Colors, lo que dio lugar a nuestra asociación. Anna es una figura destacada en el mundo del arte contemporáneo urbano en París. Es una mujer con experiencia, muy amable y tremendamente creativa. Creo que ella misma podría haber sido creadora... Es un placer dejarle las llaves de Villa Molitor y descubrir a los artistas que ella presenta.
¿Cómo seleccionas y colaboras con los diferentes artistas involucrados en la transformación de Molitor? ¿Consideras la paridad entre hombres y mujeres al seleccionar a los participantes?
Siempre es una gran pregunta a la que es difícil responder porque no hay una guía o cuestionario preestablecido. Se trata de los perfiles de los artistas y de los hallazgos relevantes que ocurren de manera natural. En este proyecto, el objetivo es buscar artistas internacionales que tengan una relación estrecha con el arte contemporáneo urbano y mostrar toda la diversidad que existe en este movimiento. En cuanto a la paridad, no veo el género como criterio al elegir a un artista.
Organizaste la distribución de artistas y cabinas por países/continentes, creando una verdadera "Naciones Unidas" del arte: ¿cómo surgió esa idea?
En 2016, el artista Katre me explicaba que había varias corrientes en el mundo del graffiti. Que la tipografía alemana no era la misma que la de Nueva York o la francesa. Esa idea me impactó. Luego, Cisco Merel — un artista panameño que participó en la primera serie de cabinas — hizo una obra muy diferente a las demás, porque su motivación para intervenir en los muros en la Ciudad de Panamá daba un resultado pictórico muy diferente a lo que se puede ver en Francia. Esto me llevó a considerar que el arte urbano está muy ligado a la sociedad y está muy influenciado localmente. Por lo tanto, es obvio que no se pintan los trenes de Nueva York como se pintan los muros en Accra. Son estos enfoques diferentes y las distintas influencias culturales lo que quiero destacar a través de este proyecto.
¿Qué importancia tiene que la inauguración de esta nueva fase en Molitor coincida con los Juegos Olímpicos en París del próximo año? ¿Cómo accederá el público al proyecto? ¿Se organizarán visitas guiadas?
Esta nueva fase marca principalmente los diez años desde la reapertura de Molitor. Que los Juegos Olímpicos se organicen en París de manera contemporánea a esta efeméride, resulta una circunstancia muy afortunada. El proyecto estará abierto al público a partir de la temporada 2024. Se organizarán visitas libres y guiadas cada semana.
¿Has considerado realizar acciones relacionadas con el proyecto, como murales o talleres, fuera de las instalaciones de Molitor?
Han surgido colaboraciones interesantes a raíz de este proyecto, especialmente con Le Musée en Herbe, numerosas escuelas para visitas y talleres, e incluso una actuación del artista Kouka en Fluctuart. Aunque, seguramente, ¡aún hay mucho por hacer!
¿Tienes anécdotas o momentos particularmente memorables que hayas experimentado durante este proyecto?
¡Claro que sí! podré compartirlos una vez que el proyecto esté terminado ;)
ENTREVISTA A ANNA DIMITROVA, COMISARIA DE VILLA MOLITOR Y DIRECTORA DE MONTANA GALLERY BARCELONA
¡Hola Anna! Es un placer encontrarte en París, ¡finalmente! Son muchos años ya compartiendo andanzas por Barcelona o Ibiza, ¡pero nunca habíamos coincidido aquí! Y además, lo hacemos en un lugar extraordinario, el Hotel Molitor: por favor cuéntanos cómo ha sido tu experiencia como curadora en el proyecto de revitalización de determinados espacios a través de exposiciones pop-up en Molitor.
Me acuerdo cuando visité el espacio de la Villa Molitor por primera vez con Sylvia Randazzo, enseguida me pareció una oportunidad única para hacer exposiciones. La luz, el espacio casi escondido pero con vistas a París, la calma. En aquel entonces la sala había servido de taller y estaba pintado y garabateado de techo a suelo, necesitaba un cambio de imagen para poder acoger exposiciones y mostrar el trabajo de artistas. Fue una gran experiencia verlo pintado en blanco y reluciente, es como si reviviera. Y de ahí empezamos a hacer muestras, decíamos a todo el mundo que teníamos una galería con piscina!
¿Qué criterios has tenido en cuenta al seleccionar artistas para intervenir en las expos en Villa Molitor? Háblanos de las últimas expos y de las programadas…
Siempre una selección internacional que tenga sentido con la identidad del espacio, al igual que lo hago con la Montana Gallery en Barcelona. Desde artistas de gran renombre como el americano Mark Bodé que fue el primero en exponer hasta artistas poco conocidos pero con mucho talento y potencial. En este caso siguieron el japonés Yu Maeda y la malagueña Vanessa Morata. Siempre que puedo apuesto por los artistas españoles porque para mi forman una de las escenas artísticas urbanas mas ricas y proliferas a nivel mundial. Para el 2024 tenemos previstas 3 exposiciones: el joven parisino Yakes, el ya ultra conocido Grems y el referente de todos los tiempos de la escena del graffiti Honet.
Y quizás influya de algún modo tu papel como general curator de Montana Gallery Barcelona en la selección y dirección artística del proyecto expositivo en Molitor…
Claro, Montana Colors es mi familia y las raíces familiares siempre influyen en la selección y en las acciones que desarrollo, sean donde sean. Por ejemplo Mark Bodé ya había expuesto en la Montana Gallery Barcelona en el 2012, ahí nos conocimos y han seguido varias exposiciones con él. Además, con los años se perfila una linea de curaduría que refleja claramente mi identidad mezclada a los valores de Montana Colors.
Seguro que coincidirás en que Molitor se ha convertido en un referente, en un lugar muy atractivo para el arte urbano…
Molitor ha sido un referente durante muchos años de espacio libre para pintar, hacer fiestas, encontrarse con gente y marcar una época de manera clandestina. Estos años 80 y 90 quedan arraigados en la memoria colectiva de los writers y artistas urbanos de París. Es un lugar mítico que ha sabido nutrirse de su pasado artístico para perpetuarlo y guardar una imagen positiva entre artistas y público. Ahora es mas institucional pero el espíritu sigue ahí.
Fuiste tú quien posibilitó la colaboración entre MTN y Molitor: ¿qué impacto crees que ha tenido esta colaboración el mundo del arte urbano?
Me parecía fundamental que MTN estuviera presente en Molitor. No podía ser de otra manera. Cuando se lo propuse a Sylvia Randazzo — Directora Artística en Molitor — y a ti como Responsable de Cultura en MTN, enseguida me dijisteis que sí, que una colaboración sería ideal. Por un lado Molitor ofrece a los artistas una pintura en spray de la mejor calidad para que puedan desarrollar su trabajo. Con la ventaja enorme de poder utilizar los sprays de la línea Water Based, algo imprescindible en un espacio cerrado. Y por otro lado MTN está presente en un lugar mítico donde se concentran 72 artistas internacionales, es un poco como ser un proveedor de la ONU :) además, obviamente, de reafirmar su presencia en París con todo el peso que tiene esta ciudad en la escena del arte en general, y del graffiti en particular.
Hablando de las cabinas ¿cómo evalúas el papel de cada artista en la transformación de los vestidores en Molitor?
Es un formato genial, pequeño, manejable y un reto a la vez. Creo que todos los artistas se muestran encantados de intervenir las cabinas, ¡y de tirarse después a la piscina!.
Además, estar rodeado de tantos talentos internacionales siempre es algo motivador e inspirador.
Como parisina, ¿de qué modo has visto evolucionar el proyecto desde su inicio hasta la fecha actual?
Sylvia Randazzo está haciendo un gran trabajo para continuar con las intervenciones artísticas y guardar esta identidad creativa que refleja Molitor. Y no es nada fácil reinventarse año tras año. Para mi, es un placer venir siempre, tanto a ver las cabinas como a las exposiciones temporales o las intervenciones en gran formato. Espero que el proyecto siga en pie muchos años más.
Coméntanos cuál es tu perspectiva sobre la influencia del arte urbano en la comunidad local y en la proyección internacional de Molitor.
El arte urbano siempre ha sido un elemento de atracción para todo tipo de público, de niños a mayores y de todas las clases sociales. El arte urbano en Molitor hace que se acceda a un público acomodado que entiende cada vez mas esta corriente y colecciona obras con fervor. Viene gente del barrio y esto hace que a través del arte urbano los vecinos descubren talentos internacionales. Molitor tiene esta proyección internacional tanto entre los artistas como entre los visitantes. Se convierte en un epicentro cultural de arte urbano.
¿Qué futuro imaginas para Molitor como epicentro del arte urbano?
Tal vez una galería full time como lo están haciendo con éxito otros hoteles como el Paradiso Art Hotel en Ibiza. Esto fidelizaría el publico local dando le ocasiones a venir continuamente y también alargaría el tiempo cualitativo que pasa cada huésped en el hotel ofreciendo actividades complementarias a su estancia. Lo dejo ahí dicho por si la entrevista la lee el señor Millon. :)
¿Hay algún logro o resultado específico que destaquen desde que comenzaste a trabajar en este proyecto?
Gran, grandísima afluencia de público con la exposición de Mark Bodé, que supuso todo un hito. Además, combinar una exposición con que el artista pinte una cabina, es un nexo perfecto y permite al público una visión mas amplia y un mejor entendimiento de su trabajo.
¿Cómo te gustaría que la audiencia perciba tu trabajo y el impacto que has tenido en Molitor como curadora de las exposiciones pop-up que has organizado?
Quisiera que se notase que efectivamente estamos haciendo un esfuerzo en acercar el arte a un público tanto local como internacional, y que presentamos una selección de artistas heterogénea y de gran calidad.
También me gustaría transmitir la idea de que estamos dando la oportunidad a artistas a nivel mundial a presentar su trabajo en París, y a este público parisino, tan ávido de arte y tan exigente a la vez. Y, en fin, ¡que participamos para que el alma artística de este espacio mítico siga viva!
Créditos de las imágenes: Molitor Hotel, Nicolas Giquel, Chrixcel, Thomas Jorion, Mark Bodé, Logan Hicks, Sylvia Randazzo, Anna Dimitrova, Marc Mascort i Boix.
CompartirEnero 03, 2024CategoríasCategorías10669