La Residencia Virtual MTN llega a su fin

El tiempo en el que se enmarca la primera Residencia Virtual MTN llega a su fin y empieza la labor de recopilación de trabajos finales, análisis y conclusiones de esta, que verá su colofón en una pieza de video que resumirá esta experiencia. 

Tras el verano, la vuelta al cole parece ser la inauguración de esta nueva normalidad a la que la sociedad debe adaptarse para convivir en el equilibrio entre contagio controlado y un contacto social que no detenga el desarrollo. El fin de algo es el principio de otra cosa y viceversa, por eso, la MTN Virtual Residency llega a su fin, como si de una preparación emocional se tratara para este puesta en marcha del nuevo curso en la nueva normalidad. 

Por lo que respecta a nuestros artistas, durante estas semanas hemos notado una evolución de sus obras que nos hace pensar en lo productiva que ha sido esta iniciativa en lo que refiere al desarrollo creativo de cada uno.

Por un lado, las instalaciones de Motomichi Nakamura han pasado de estar directamente vinculadas con el confinamiento por su localización doméstica, a tomar la calle, de elementos en contacto con el suelo pasando a otros elevados. Esta evolución nos sugiere una transformación de los monstruos de Motomichi, quizás marcada por el recorrido emocional desde la cuarentena hasta la nueva realidad. 

Si bien la evolución que hemos visto en las piezas de Nicolas Romero Ever no es tan gráfica, encontramos elementos que marcan cierto punto de inflexión. Puede que sus primeras composiciones contaran con objetos más uniformes y explícitamente vinculados a la vida hogareña, mientras que las últimas obras incluyen elementos iconográficos que aportan una estética de collage a sus bodegones. También podemos ver que su técnica naturalista se ha afinado más, si cabe, llegando a reproducir texturas muy complejas con total fidelidad. 

Al margen de todo esto, quizás uno de los temas más interesantes que nos ha traído esta primera edición de la Residencia Virtual MTN, es esta visión tan amplía que ha permitido compartir los procesos y trabajos de dos formatos artísticos tan diferentes como son los de Motomichi Nakamura y Nicolas Romero Ever. Una cuestión que dice mucho acerca del interés artístico que intentamos proyectar desde la visión cultural de Montana Colors, mucho más allá de la simple publicidad que se haga de nuestros productos.