- Sobre Montana
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Volver Entrevista a Mar Roig, fotógrafa y diseñadora gráficaMar Roig es uno de los personajes clave en la historia de Montana Colors. Su trabajo en la empresa se remonta a los inicios de esta aventura, y su papel en esta ha ido mutando con el paso de los años. A través de un puñado de preguntas veremos como la evolución de un proyecto empresarial puede tener su reflejo en la evolución personal de un individuo. Pero también conoceremos el porqué de algunos de los valores humanos que rigen el funcionamiento de Montana Colors.
Eres de las personas que más tiempo lleva trabajando con Montana Colors. ¿Qué funciones has tenido durante este tiempo?
Al principio de la historia de Montana Colors, me dedicaba a hacer todos los trabajos gráficos y, fuera de lo que yo consideraba trabajo, hacíamos los primeros viajes internacionales donde ayudaba con el idioma, organizaba los primeros eventos internos, diseñaba los distintos espacios de la empresa, los stands en las ferias… También diseñaba la ropa, la interna y la que vendemos. Hoy ya somos un equipo los encargados de diseñarla… mucho mejor, claro. Poco a poco empecé a hacer fotos de las instalaciones de la fábrica, de los festivales, de los productos… y aquí me he quedado.
Mucha gente no sabe que eres, entre otras cosas, responsable del diseño del logotipo de Montana que llamamos "La Bola”. ¿En qué se inspira? ¿Qué representa para ti?
El significado de la bola es simple: “colores” y “mundo”. Jordi me comentó que necesitaba un logotipo que enmarcara estas ideas, y por aquel entonces pensé en varias formas orgánicas, de colores, que juntas hicieran una forma lo más redonda posible. Aunque no tuve mucho tiempo para desarrollarlo, pues era un poco urgente. Después de varios bocetos, pruebas… salió el logo, el cual ha cambiado bastante desde entonces, sobretodo los colores.
Muchos escritores de graffiti han llegado a tatuarse este logotipo. ¿Qué sensación te produce este fenómeno?
Pues al principio, cuando vi algún caso, me sorprendió, claro. Ahora, lo veo como una “marca de pasión”, de sentir algo muy profundo por el graffiti. Evidentemente algo de orgullo personal hay, pero el significado para mí es otro. Detrás de cada logo y tattoo hay una historia… algunas que me han llegado son, como mínimo, poderosas, motivadoras… hablan sobre cambio, sobre pasión…
Actualmente te encargas de muchos proyectos de fotografía de Montana Colors. ¿De dónde vienen tus referencias? ¿Qué tipo de fotografía más te gusta?
Tal como comentaba, empecé a hacer fotos para Montana Colors porque había esa necesidad (catálogos, presentaciones…) y a mi me gustaba la fotografía. No estudié fotografía, pero sí he hecho cursos y más tarde, formaciones específicas sobre fotografía de producto, que es lo que más hago. En mi caso, sí tengo que decir qué fotografía me gusta, me gustan todas, desde una publicitaria, el fotoperiodismo, la urbana, paisaje o de acción… Evidentemente, me inclino más por la fotografía de la naturaleza, que es el espacio donde me siento más cómoda. Si tengo que poner nombres, quizá te diría los que sigo últimamente, Vincent Munier, Jimmy Chin, Marina Cano, Paul Nicken… y a Martha Cooper, incondicional en su momento.
En los primeros años, combinabas tus tareas con otros trabajos como instructora de esquí. ¿En qué momento te diste cuenta que Montana iba a necesitar un compromiso total de tu tiempo?
Me dediqué intensamente al snowboard y combiné los dos mundos durante bastante tiempo. Poco a poco fui dejando la nieve, no sé la razón, desde luego no era por trabajo. Para mí era muy importante tener tiempo, ya que lo dedicaba a viajar, escalar, navegar… Así que Montana Colors era ideal, no era un trabajo “full time” y me cuadraba estupendamente. Cuando decidí dedicarme a Montana Colors de manera más completa, ya había un pequeño equipo y solo me sumé para seguir haciendo lo que había hecho siempre pero de manera exclusiva.
Si no fueras diseñadora gráfica y tuvieras que elegir otro trabajo dentro de Montana, ¿cuál escogerías?
En Montana seguro que encontraría muchas otras cosas por hacer… Por ejemplo, tenemos productos que destinamos parte de las ventas a labores medioambientales o humanitarias. Se podría ampliar esta faceta, trabajar más profundamente este tipo de colaboraciones para ir un paso más allá.
¿Qué escritores de graffiti o artistas urbanos te han impresionado, desde tu punto de vista como diseñadora?
Me considero muy inculta en cuanto a graffiti, pero gracias a Montana (y a www.mtn-world.com), he descubierto un mundo brutal de creatividad e ilustraciones con mucho mensaje, técnicas brutales y mucho más. Me quedo con los de casa, que tienen una relación directa con la marca desde el inicio y, por lo tanto, conozco más: desde Aryz o Os Gemeos a Sawe… Me decanto por el muralismo (Dran, Enric Sant, Dulk, Sainer, Pichiavo, Inti…) aunque el graffiti no deja de sorprenderme cada vez más.
¿Recuerdas algún acontecimiento en tu vida laboral que te ha ayudado especialmente a crecer como persona o como profesional?
La verdad es que me siento afortunada de haber podido ver la trayectoria de Montana Colors desde sus inicios, porque hay muchos momentos, situaciones donde aprendía algo, sobretodo al lado de Jordi, cuya visión emprendedora me enseñaba a observar (y a callarme a veces). En los inicios, conocimos a mucha gente que quería ser distribuidor… en muchos casos no llegaron nunca a buen puerto, en otros sencillamente trataban de engañarnos, pero Jordi ofrecía todo, ayudaba a la gente a crecer. A mí me parecía incluso que se aprovechaban de nosotros… pero el tiempo siempre acababa poniendo a todo el mundo en su lugar, sólo hacía falta tener paciencia. Y eso es una muy buena lección para aprender.
Hoy en día, ¿cuáles son los valores de Montana Colors que te gustaría destacar personalmente?
Una de las cosas que veo en Montana Colors, es que se intenta que el trabajador esté lo mejor posible. No podemos olvidar que es un trabajo, claro está, pero quien ha estado en otras empresas sabe de qué hablo. Hay fiestas de temporada, donde nos lo pasamos todos juntos, instalaciones sólo para nuestro disfrute… detalles como fruta a nuestra disposición… esto no es así por casualidad.
Desde los inicios, en la fábrica siempre han vivido perros adoptados. ¿De dónde viene esta decisión?
En los inicios de Montana, encontramos en una cuneta a una perra atropellada. Pagamos su operación, le pusimos el nombre de Tana y se quedó en la fábrica de entonces. Después, un amigo se encontró otro perro por la calle y nos lo quedamos para que hiciera compañía a Tana. Lo llamamos Mon. Desde ese momento, siempre hemos disfrutado de la compañía de perros; los adoptamos y forman parte de Montana. Tienen su propio espacio y tenemos trabajadores que los cuidan. Creemos en la adopción, no en el comprar; desgraciadamente hay demasiados animales en las protectoras.
Vives en medio de la naturaleza, cerca de Montserrat, donde tenemos muchas de nuestras instalaciones. ¿Crees que el arte urbano puede o debe aportar algo a estos ámbitos fuera de las ciudades?
Es un tema delicado, no creo en el “debe” aportar, pero sí en el “puede”, pero sobre todo desde el respeto al lugar. Se ha de tener claro que el campo, montaña… paisajes naturales en general, cuentan con una visión distinta a la de las urbes, hay otro ritmo, otras realidades, otros seres que los habitan, y a mi parecer, merece otra actitud. Y de hecho, no tiene tanto sentido hacer una pieza donde nadie o casi nadie la vaya a ver… esa debe ser la razón de muchos para no hacerlo en estos entornos.
Como vimos en la entrevista con el Montana Cafè Restaurant, la filosofía de la marca promueve el vegetarianismo. ¿Qué beneficios nos puede aportar, como personas y como empresa?
Sinceramente, esta respuesta “puede herir sentimientos”. No sé qué beneficios puede aportar, al final no todo se basa en los beneficios. Pero el mero hecho de no causar o intentar minimizar sufrimiento, creo que te puede aliviar un poco de tan tremenda injusticia que se impone a los animales.
A nivel empresarial, considero que concienciar hacia una actitud más respetuosa, hacia los animales y el medio ambiente no puede más que aportar inercias positivas. Y, personalmente, opino que este discurso deberíamos tenerlo todos ya en nuestro ADN…desde hace años… Ciertos planteamientos lejos de estos estamentos, me parecen muy arcaicos.
No te pierdas más entrevistas a las mujeres que han dado Color a Montana: nuestra directora general Olga Fuertes, la comisaria de galería Anna Dimitrova o Ariadna Costa, responsable de atención al cliente.
CompartirDiciembre 13, 2021CategoríasCategorías10669